Isla de la Tierra
AGUA

Entre 1781 y 1783, los científicos Lavosier y Cavendish demostraron que el agua está formada por moléculas con tres átomos: dos de hidrógeno y uno de oxígeno.

El agua es un recurso natural que constantemente cambia de estados. Las transformaciones que experimenta son conocidas como "Ciclo hidrológico", explicación que nos permite imaginar el recorrido que puede realizar una gota de agua, en un trabajo colectivo con el sol, la tierra y el aire.

El sol calienta el agua superficial de la Tierra, produciendo la evaporación que convierte el agua en vapor que se eleva hacia la atmósfera. Por efecto de la altura, el gas se enfría, produciéndose la condensación. Así se forman pequeñas gotas que, cuando se vuelven demasiado pesadas, regresan a la tierra como precipitación, en forma de lluvia. A medida que cae la lluvia, parte de ella se evapora directamente hacia la atmósfera o es interceptada por los seres vivientes. La que sobra se mete a la tierra a través de un proceso que se llama infiltración, formando las napas subterráneas. Si la precipitación continúa cayendo a la tierra hasta que ésta se satura, el agua excedente pasa a formar parte de las aguas superficiales.

Tanto las aguas superficiales como las aguas subterráneas finalmente van a dar al océano.