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Isla de la Tierra
Isla de la Tierra
Un universo debajo de una piedra

Cuántos hombres y mujeres se han preguntado si hay vida en otro planeta. Muchos. En todos los tiempos y lugares. Nos es muy difícil imaginar que estamos solos en la inmensidad del cosmos, porque aquí, en la Tierra, nos hemos acostumbrado a crecer en compañía de un sinnúmero de elementos bióticos y abióticos. La vida en nuestro planeta es increíblemente diversa. Si levantas una piedra tras un día de lluvia te sorprenderás con los variados insectos y organismos, algunos microscópicos, que aprovechan la riqueza del agua y las favorables condiciones del ambiente. En caso de que residas en el norte de Chile, donde el clima es más árido, la vida ha logrado adaptarse para convivir con aquel hermoso escenario de camanchaca, de desierto, de salares y altiplanos. Son incontables los ecosistemas que podemos encontrar en nuestro país: un bosque, una playa, un pueblo, una isla, una montaña…cada minuto los elementos bióticos y abióticos se entrelazan en la lucha por la supervivencia de las especies que existen en nuestro planeta.

La Tierra no es una simple cáscara de nuez sobre la cual levantamos nuestras casas. La parte sólida se divide en tres capas de kilómetros de espesor; la más profunda es el núcleo, que se encuentra a altísimas temperaturas y que estaría formado por metales (como el hierro) y por no metales. Más afuera, identificamos el manto terrestre y, luego, la corteza terrestre, cuya porción externa es la que conocemos como suelo. Dependiendo de las características del suelo, de las condiciones atmosféricas y geográficas, entre otras variables, el reino vegetal crece y se desarrolla. Las raíces absorben agua y nutrientes esenciales, y la clorofila presente en las hojas aprovecha la energía solar y el dióxido de carbono de la atmósfera para desencadenar el proceso de fotosíntesis , un circuito clave para que los vegetales generen sus tejidos.

Los vegetales no tienen idea de la importancia que tienen en nuestras vidas: al transformar el dióxido de carbono limpian el aire, las hojas que caen a la tierra enriquecen el suelo y los seres vivos que se alimentan de éste reciben los nutrientes necesarios para mantenerse saludables. Es así como este reino se convierte en el primer eslabón de la cadena alimentaria , de la cual también forman parte los herbívoros, los carnívoros, los omnívoros y los organismos descomponedores. Cualquier cambio que se produzca en la Tierra, ya sea natural o generado por la mano del hombre, influye de algún modo en los ecosistemas presentes en esa zona geográfica. Incendios, inundaciones, erupciones volcánicas o la zozobra de un barco cargado de petróleo son algunas de las noticias que frecuentemente llegan a nosotros. Los daños que estos eventos producen son cuantiosos y muchas veces irreparables, pues destruyen recursos que a corto plazo son difíciles de recuperar.

Nuestro deber, entonces, es cuidar el medio ambiente para que nuestra vida y la de las próximas generaciones no se vean amenazadas. Muchos gobiernos, organismos internacionales y grupos ecológicos están diseñando planes de trabajo para que la población mundial tome conciencia de que la calidad de vida va de la mano del desarrollo sustentable. Es fácil recordar que hace 200 millones de años nuestro planeta era el hogar de los legendarios saurios, pero aún nos cuesta pensar que cada día corre peligro otra especie vegetal o animal, única e irremplazable, como la caoba o el huemul.