Los vegetales son un importante laboratorio que preserva la vida en el planeta. Gracias a la energía solar y a la clorofila presente en las plantas, en estas reaccionan el dióxido de carbono (CO2) que obtienen de la atmósfera y el agua que absorben sus raíces. Como resultado, se generan azúcares que forman sus tejidos y estructura y el vital oxígeno (O2) que respiramos. Tras inhalar este gas, los animales – entre los que se encuentra el ser humano - exhalamos el CO2 necesario para preservar el proceso.

Este es uno de los aportes claves que realiza el Reino Vegetal para que la vida en el planeta se pueda desarrollar. Por eso, llamamos a los bosques – sobre todo a las verdes hectáreas de la región del río Amazonas – como "pulmones de la Tierra". Ellos nos ayudan a controlar el dióxido de carbono presente en la atmósfera, purificando el aire que respiramos.